No entiendo la causa de mi tristeza, aun no he llegado al fondo de mi desengaño.
Miro por el espejo el reflejo de mis ojos: en ellos veo mis sueños, mis miedos y las metas que temo no alcanzar.

No sé lo que siento, de repente me invade la idea de que quizás es amor, el cual se confunde entre mi pecho con el dolor.
Una mancha de sangre se refugia en mi espíritu, recorriendo lo que queda de mi alma.

Amor, quise inventarme un paraíso junto a ti, quise convertirte en mi guerrero protector, en mi ángel guardián. Pero hoy solo quiero convertirme en piedra y no sentir lo que siento.
Ahora...puedo ser capaz de refugiarme junto a tus pasos, de hallarme entre el silencio, de ignorarme en mí misma cuando se marche de repente este dolor.

...Navego en un mar de espacios inertes , tratando de naufragar entre besos y miradas verdaderas, luchando contra el tiempo efímero y esperanzas muertas.