Cuando me hundo en mis miserias y el dolor que pesa en mi mochila se hace carne…
Cuando la vida parece que se me escapa y se me pierde como grano de arena en el desierto…
Cuando me siento triste, abatida, deseperada casi tocando la locura…
Amigos Míos, ustedes siempre están allí.

Cuando las lágrimas navegan mis mejillas y se pierden en el horizonte de mi alma…
Cuando el sol parece no querer salir en mis días…
Cuando la luna desaparece de mi cielo nocturno y permanezco a oscuras…
Amigos Míos, ustedes siempre están allí.

Cuando me siento más pequeña que una hormiga
Cuando lloro, cuando río, cuando me rebelo contra Dios y contra el mundo
Cuando siento que no puedo, cuando siento que me invade el miedo…
Amigos Míos, ustedes siempre están allí.

No tengo nada para darles, y quizás si algo tuviera es posible que no fuera suficiente
pero les quiero y les necesito y les agradezco que siempre, siempre estén allí.