EN EL ARCHIPIÉLAGO

Y aquí estoy,
en el archipiélago,
observando los contornos
de mis pares.

Feliz de este mar
que, a su manera,
nos une;
triste por este mar
que nos separa tanto.

Conjeturando que
hay una cercanía aparente
y una tangible
distancia abismal
entre nosotras;
Que a nuestra pequeñez indiscutible
una persistente vanidad
vive ganándole espacios.

Cada una
se enorgullece de lo suyo
y se olvida del mar
que la sostiene.
Aquella tiene montes,
la otra un arroyo,
ésta una espesa arboleda,
esa está casi desnuda;
no hay dos iguales
ni habrá.

Y aquí estoy,
en el archipiélago,
una isla más,
sola,
en medio de la multitud.

Daniel Adrián Madeiro

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