Hace algún tiempo te vi jugar incansablemente,
desde es día mi vida dejó de ser muerte;
entré yo en tu juego, vibrando, suspirando
y me enamoré de ese ser encarado al mío.

Aunque digas que no, hice y deshice mil cosas,
arrugué y estiré sentimientos, defensas para seguir,
bajo una tempestad de contradicciones líticas
aprendiendo a ser fiel hasta que dudaste de mí.
Nuestro nexo fue la inocencia...
El vivo sentir... un volcán de estrellas...
Un cielo que no conoce fronteras
que supimos cuidar, cuidar con hechos,
palabras, mimos, gritos y esperanzas…

Hace algún tiempo que me enseñaste lo que desconocía,
que aprendiste bajo respuestas de tiernas caricias,
prensadas en batallas sin ganadores, pero sin medallas.

Aunque digas que no, te amé como no he vuelto amar
no, no quiero buscar definición a lo nuestro sería,
sería romper globos, cortas alas, y se quedarían en
teorías plácidas solo para intelectuales del cosmos.

Hace ya algún tiempo que no hablamos,
me consuela pensar que estás bien...
trabajando, aunque… ya
no quiero saber nada más de tu realidad
pero, la verdad, puede aún herir mis fantasías.