Discurso ante la XVI Graduación Ordinaria del Liceo Nocturno “Herminia Pérez”, Santiago de los Caballeros, República Dominicana.

Buenas tardes:

A los distinguidos miembros de la mesa de Honor.

A los compañeros maestros y maestras.

A los señores miembros de la Asociación de Padres.

A ustedes jóvenes graduandos.


Primeramente, queremos agradecer a una serie de personalidades e instituciones que con sus proyectos de desarrollo sociocultural han hecho posible que durante el año escolar 2006-2007 pudiera efectuarse esta graduación de bachilleres en esta institución escolar.

A nuestro senador Francisco Domínguez Brito, digno representante ante el Congreso Nacional de la República, quien institucionalizó el Primer Festival de Teatro de Santiago, donde nuestro liceo fue merecedor de uno de los primeros lugares.

Al diputado José Ricardo Taveras por decir presente cada vez que le tocan las puertas y por hacer donaciones puntuales en becas y equipos de oficina para este centro de estudios.

Al diputado Santiago Rodríguez por sí cuando se solicitó su ayuda para financiar la salida del periódico Eco de la Zona Sur y seguir reafirmando la idea de que somos el único liceo que tiene un periódico escolar.

Al grupo de teatro Dos Caras, a la cabeza el estudiante Francisco Javier Paredes, por aportar todo su talento al servicio de la comunidad para generar el primer grupo de teatro del liceo.

Hoy de forma emblemática les hacemos entrega del titulo de bachiller, un documento que más que puerta abierta al futuro, es un símbolo de los últimos cuatro años de esfuerzos en la que la mayoría de las veces tenían que trabajar en el día para estudiar en la noche, con la única satisfacción de mostrar una cara sonriente en la sala de la casa y enseñar con orgullo a sus familiares y amigos con la expresión “esta es mi foto de graduación de Bachiller en el Liceo “Herminia Pérez”.

Pero qué bueno hubiera sido, entregarles junto con este título un conjunto de competencias que les permitiera acceder directamente a las oficinas, a los hospitales, a los talleres de las diversas empresas de Santiago, como hacen los politécnicos.

Lamentablemente, les estamos abriendo las puertas de la universidad o a cualquier institución técnica para que a partir de ahora duren cuatro o cinco años más de esfuerzo, dedicación y trabajo. Este escenario es propicio para reclamar que la educación nocturna se convierta de una manera u otra en una educación tecnificada, donde haya menos teorías y se dupliquen los conocimientos prácticos.

Antes esta realidad, surgen dos preguntas claves ¿cuáles son los retos para estos nuevos bachilleres, cuáles son las perspectivas en medio de un grupo de carreras universitarias tradicionales que van perdiendo vigencia o demanda en el mercado laboral ante el avance vertiginoso de la ciencia y la tecnología en un mundo cada vez más globalizado?

He aquí que se hace necesario considerar una serie de posibilidades:

Primero opción:
El Instituto Superior de Agricultura (ISA) para cursar carreras relacionadas con la biotecnología, ya que se hace necesario buscar una formación que trabaje en la producción de alimentos, tanto de origen animal como vegetal.

Segunda opción:
El Instituto Nacional de Formación Técnico Profesional (INFOTEP) para adquirir competencias en cursos tales como inglés, informática, servicio al cliente o técnico en electricidad…

Tercera opción:
Los institutos de Inglés y de informática, quin maneja una computadora y domina el idioma inglés tiene puertas abiertas en el mercado laboral.

Cuarta opción:
Cursar carreras de futuro en las universidades del país, principalmente Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) extensión Santiago, mejor conocida como CURSA.

Quinta opción:
La Universidad Pedagógica conocida como la Escuela Normal “Emilio Prud´Homme” que forma maestros y maestras para la Educación Básica.

Aquí hago un paréntesis para promover el Programa de Becas dentro del Plan de Seguridad Democrática más popularmente conocido como Barrio Seguro: becas que incluyen 3,000 pesos mensuales, raciones alimenticias y seguro médico y que en la Zona Sur hay tres voceros con posibilidad de conseguir veinte becas cada uno. Becas que también se promueven en la Secretaría de la Juventud y en la Secretaría de Educación Superior, Ciencia y Tecnología, a las que se puede tener acceso vía Internet.

¿Para qué a la universidad? No para seguir llenando de médicos, abogados o ingenieros el mercado laboral, sino para carreras relacionadas con el desarrollo del comercio y las comunicaciones.

Opciones hay por doquier, lo único que no les recomendamos es el camino sin salida que se muestra en las calles del barrio, en medio de las esquinas, en los callejones o en los rincones escondidos, donde impera la violencia, las enfermedades de transmisión sexual y la planificación de las más oscuras escenas de delincuencia, que no es más que una ventana abierta para el mal.

Les invitamos a ser parte del grupo de jóvenes que se agrupa alrededor de los clubes, las iglesias, las juntas de vecinos, a los clubes deportivos y hasta a los partidos políticos como única forma de asociarnos para marchar juntos hacia la conquista del bien común. Solo asi crece y se fortalece el clima de paz y armonía que necesita la comunidad.

Les exhortamos, sobre manera, a que se mantengan limpios, erguidos y con la frente bien en alto por doquier que les lleven sus pasos. Que nadie tenga que contarles a sus descendientes, cuando los años hayan dejado huellas imborrables en sus rostros, que tuvieron que negociar sus valores o sus principios. Muy por el contrario, que puedan decir con orgullo, nunca di mi brazo a torcer por muchas que fueran las tentaciones que el mal pusiera ante mis ojos.

Así es que jóvenes estudiantes, hoy bachilleres, tomando el primer verso del poema Canción de otoño en primavera del poeta nicaragüense Rubén Darío cuando dijo, en un lindero cercano a la filosofía, “juventud, divino tesoro” o como dijo Juan Pablo Duarte, prócer de la Independencia Dominicana, “dulce esperanza de la Patria mía”, verdaderamente ustedes son un tesoro invaluable para la comunidad de Santiago, una esperanza viva para el fututo de la Nación dominicana.

Si sus metas y sueños más anhelados van por el camino de alcanzar de manera digna un desarrollo personal, familiar y comunitario, entonces que Dios les colme de bendiciones y les abra los caminos que conducen a la felicidad, que no es más que el bienestar físico y espiritual del ser humano.

Muchas Gracias.