Muy Buenas Tardes:

A las autoridades educativas

A los Señores Miembros de la Sociedad de Padres

A los Señores Maestros y Maestras

A los Señores Graduandos

Hoy saludamos, sobre manera, a estos jóvenes ya hombres y mujeres valientes que cuatro años atrás se fijaron una meta: ser bachilleres.

Una tarea fácil para cualquier adolescente que tiene todas sus necesidades materiales satisfechas, pero no para ustedes.

No para ustedes que de una manera u otra ya han asumido un rol de adultos, ya sea porque cumplieron 18 años, tienen pareja e hijos o simplemente mantienen a sus padres con los dineros que reciben de una labor productiva a temprana edad.

¡Cuán difícil se hace cambiar el destino que nos fija la pobreza si no nos preparamos para enfrentar con éxito un futuro incierto!

Es retante levantarse cada mañana a construir la historia de esta Patria, de seis a seis, una larga jornada de trabajo, para llegar al Liceo con el cansancio del día y asumir con responsabilidad los estudios de cada noche.

Pero quién dijo que el alcance de una meta tan preciada como ésta era algo sencillo. Ser bachiller es la puerta abierta a un mundo de posibilidades, donde la Universidad no es el único camino, hay que considerar otras opciones.

Es bueno reflexionar aquí, que el mundo globalizante de hoy requiere la presencia de un profesional o un técnico con las competencias necesarias para incidir en forma positiva en el desarrollo de la sociedad.

Pero para ello, necesitamos que ustedes bachilleres se involucren en las actividades que se desarrollan en la comunidad, porque tarde o temprano estará en sus manos la solución de cada uno de los problemas de Pekín y sus alrededores, sean estos deportivos, culturales, políticos, sociales, religiosos y tecnológicos.
Nunca se nos olvide que se hace necesario que la juventud sepa utilizar diferentes tipos de tecnologías y dominar el inglés como segundo idioma. Queremos verlos por las calles de Santiago, siendo parte de los equipos que dirijan empresas públicas o privadas, iglesias, clubes o liceos.

De seguro quisimos darles la mejor formación, pero sabemos que algo les falta, aunque creemos que ya tienen las herramientas básicas para enfrentar con éxito unos estudios técnicos o profesionales, ya que son personas responsables y honestas, capaces de enjuiciar críticamente los hechos de la sociedad y de dar respuestas a las demandas que la comunidad les plantea, capaces de decirle no al camino fácil que nos pinta la delincuencia o la prostitución.

Personas que pueden pensar “sí yo puedo”, porque Dios me bendice, porque mi familia me apoya y porque el Estado crea las condiciones necesarias para mi desarrollo personal, familiar y comunitario.