Hace tiempo que me dijeron que no importa lo que vivas, sino como lo vivas, y es una verdad como un templo.
Cada uno tiene su propio infierno, y yo no se lo que es un héroe. Quizás valor es lo que hace falta para apagarlo con las manos, pero seguramente sea más difícil salir de él y enfrentarte al frío mundo. Donde nos sentimos vacíos y a la deriva, sin saber que ese vacío no se llena, sino que se decora con la vida, la amistad, y con las cosas hermosas que hay en ella que se nos escapan entre los dedos como granos de arena.
No hay que tener miedo a que se escapen, sino a no sentirlo.