Los antiguos veían en el héroe histórico o mítico, en Alejandro o Aquiles, el módulo de la vida humana. El gran hombre era paradigmático, su existencia ejemplar.
El patrón demócrata, al contrario es el hombre vulgar.
El modelo demócrata debe rigurosamente carecer de todo atributo admirable. Nicolás Gómez Dávila


Cuando Alejandro Magno rugía
de sus brazos frenéticos brotaban alas,
y así el leopardo rubio volaba aferrándose a Bucéfalo,
el bronce era el brillo del imperio
y su mundo se iluminaba con luz rojiza
centellando en el arnés antiquísimo
avanzaba borrando límites robustos.

Líder de rostro anguloso
elevándose en módulo digno de admiración,
ejemplo de generaciones antiguas;
y Aquiles héroe mítico salido de pluma homérica
modelo carismático del hombre elevado.

Así veían los antiguos el modelo
del hombre ejemplar,
el patrón del demócrata actúa al revés;
exaltando al hombre vulgar y arribista
y negando todo atributo admirable
al hundir en ciénaga fangosa
los valores relevantes.

Sin ningún mérito legítimo empuña el bastón de mando
arrogándose triunfos jamás alcanzados,
y sin el más mínimo rango de educación
se apodera del arte, la política y la filosofía;
colocando al frente como fachada
una máscara de latón rojo.

Jorge Ángel Luna Rosado
Colombia